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INTRODUCCIÓN

Fuente: Diversos potales en internet que citan datos relacionados con el istmo.
El Istmo de Tehuantepec, zona privilegiada de la república mexicana por su diversidad en flora y fauna, ha sido escenario de múltiples proyectos de desarrollo. Las mujeres zapotecas han participado activamente, en estos proyectos, más no han sido las únicas, también lo han hecho las mixes, huaves, chontales y zoques.
A diferencia de otras partes del Estado, cuando se habla de la historia política del Istmo, la presencia de la mujer no ha sido invisible. Algunos ejemplos de esto los tenemos en acontecimientos como la rebelión de Tehuantepec en 1660 cuando en protesta ante los crueles procedimientos del Alcalde Mayor Juan de Obando, una multitud liderada por mujeres lo apedrean y matan. Luego por supuesto fueron castigadas de manera ejemplar, torturadas y finalmente asesinadas.El historiador oaxaqueño Basilio Rojas a partir de su investigación en el archivo de Indias recupera la historia de lo que fue la Rebelión de Tehuantepec. En los documentos del siglo XVII Rojas encuentra como los funcionarios describen la fiereza y participación activa de las mujeres zapotecas, en todos los momentos de la rebelión, ante los ojos españoles esa actitud digna y beligerante amerita un castigo ejemplar.
El papel activo de la mujer zapoteca en la economía, la política y la vida social del Istmo ha sido descrito por viajeros desde el siglo XIX Charles Brasseur Borbourg quien en su Viaje por el Istmo de Tehuantepec 1859-18602, describe, en una especie de diario de viaje, sus experiencias desde la salida de Nueva Orleans hasta su llegada al Istmo. Brasseur da opiniones sobre la política, la naturaleza, las riquezas que a simple vista se pueden observar como futuras inversiones y lo que esto puede significar para los planes económicos del gobierno francés, incluye , así mismo, las opiniones de diferentes compañeros de viaje. Una vez en Tehuantepec queda sorprendido por las mujeres zapotecas. Su libro es un importante documento histórico para poder comparar las transformaciones que ha sufrido la región en los últimos ciento cincuenta años.
Leticia Reina quien ha estudiado a las mujeres del Istmo comenta que desde principios del siglo XX, las zapotecas, se encuentran en los censos como población económicamente activa para la economía de la región . Las describe como jefas de hogar, sea por la ausencia del marido, que se incorpora a las luchas revolucionarias, a la arriería, a las luchas por la autonomía o simplemente por ser madre soltera.
Entre las soldaderas que hacen la revolución se encuentran las mujeres zapotecas que siguiendo al General Charis participan activamente en acciones de guerra y cuentan sus experiencias en el campo de batalla de Guadalajara. Sus testimonios recogidos por Macario Matus hablan de algunas situaciones críticas en que las se vieron envueltas, como soldaderas, durante la revolución mexicana, lejos de su terruño y haciendo lo posible para sobrevivir ellas, sus hijos y hombres.
Si bien son los y las historiadores/as quienes han mostrado la actividad de la mujer, en épocas pasadas en el Istmo a partir de los años cincuenta varias antropólogos/as han estudiado a las mujeres zapotecas y a las huaves, en su momento actual. Los estudios se han orientado a establecer, entre otras cosas si existe o no un matriarcado en las comunidades zapotecas del Istmo y Beverly Newbold Chiñas en sus libros, ensayos y artículos: Mujeres de San Juan, la mujer zapoteca del Istmo en la economía.
 Entre las fantasías que se han desarrollado sobre la mujer zapoteca del istmo esta aquella que dice que en el Istmo de Tehuantepec se vive en un matriarcado. No hay tal, pero ciertamente las mujeres y todo lo que hacen son muy apreciadas por los hombres y hay reconocimiento y respeto por su trabajo, que no se encuentra de forma tan ostensible en otras partes del Estado. .
Chiñas en sus trabajos no considera la existencia de un matriarcado y señala que el poder y la dominación en el ámbito social formal esta reservada a los hombres y en el ámbito no formal a las mujeres. Analiza la práctica del comercio por parte de las mujeres y como este ha servido para darle un poder real a las mujeres. Sus trabajos son aportes a la comprensión de una sociedad muy compleja.
Es la italiana Carla M. Rita , quien se encuentra en San Mateo del mar con el equipo de Italo Signorini, e investiga sobre la “Concepción y Nacimiento entre los huaves”. Habló desde una perspectiva antropológica sobre la “importancia de la virginidad y leyendas relacionadas con ella” , así como sobre las creencias y costumbres relacionadas con el ciclo menstrual.”
En 1980 por parte del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Guadalupe Musalem y Margarita Dalton realizan una investigación sobre la mujer Huave, su ciclo de vida y las concepciones que sobre si mismas y su rol dentro de la comunidad tienen. Esta investigación se realiza en las cuatro comunidades huaves, San Dionisio, San Francisco, San Mateo y Santa María del Mar. Mitos y realidades de las mujeres Huaves es el resultado resumido de la investigación.
En los años 1990 un equipo de mujeres alemanas y una mexicana van a vivir a Juchitan y se dan a la tarea de estudiar e investigar a las mujeres zapotecas del Istmo de Tehuantepc. Veronika Benholdt Thomsen, Ursula Oswald Spring, Brigitte Holzer, Marina Meneses Velásquez, Cornelia Giebeler, y Christa Müller, investigan diferentes aspectos de la vida de las mujeres zapotecas, la alimentación, el mercado, el comercio y la economía, así como el ciclo de vida, la nutrición, la producción, la política y las relaciones entre hombres y mujeres. Para este grupo de estudiosas las mujeres zapotecas del Istmo viven en un matriarcado,
Llama la atención la constante presencia de las zapotecas en la historia del Istmo. Sin ir más lejos, en los años 70´s 80´s y 90´s del siglo XX las vemos en las movilizaciones de la COCEI y en todos los actos políticos que suceden en la plaza pública de Juchitán. Son las mujeres uno de los sostenes de la Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Istmo (Cocei), organización que ha encabezado los movimientos políticos más importantes de las últimas décadas. La unión y fuerza de los zapotecos se ha mostrado en los momentos de conflicto con el exterior, donde colectivamente han presentado la batalla y triunfado.
La presencia viva de las mujeres del Istmo, no se reduce a las mujeres zapotecas y huaves, existen también las mujeres chontales huaves, mixes y zoques. Muy poco se conoce de ellas y sus relaciones interétnicas. Sin embargo se sabe que también su participación en la historia ha sido importante y se encuentra viva en sus lenguas y la tradición representada en la música, la gastronomía, el vestido y todo aquello que construye la ideología y la permanencia que es decir la columna vertebral de la identidad: la cultura.
 
 LAS MUJERES ZAPOTECAS
La dinámica de crecimiento y desarrollo del Istmo se caracteriza, entre otras cosas, por las relaciones entre los pueblos zapotecos, huaves, chontales, zoques y mixes. Estas relaciones comerciales, políticas, religiosas y sociales forman los hilos de la red del tejido social que define a la región como multiétnica y plurilingüísta. Dentro de estas relaciones humanas el componente de género juega un papel muy importante. Las relaciones familiares incluyendo la economía doméstica son la base de la organización social de la vida comunitaria. Al interior de la familia la mujer tiene el papel no sólo de productora sino de reproductora social de la vida comunitaria. A través de la lengua transmite los valores, y los contenidos ideológicos de las palabras, actitudes, confianza y bienestar a sus hijos e hijas. Es el eje del núcleo familiar que da a su esposo, marido o compañero seguridad y confianza y le mantiene un espacio privado, íntimo para su regocijo y seguridad. No obstante la importancia de su rol social al interior de la familia, la sociedad patriarcal la ha excluido de la participación en la toma de decisiones comunitarias que en ocasiones afectan los ámbitos socioeconómicos y políticos de la localidad y de su familia.
Lo anterior que es una realidad para muchas familias indígenas, en el Istmo adquiere otras características entre las zapotecas. Nadie puede ignorar que el pequeño y mediano comercio esta en manos de las mujeres zapotecas que son viajeras y maestras de las relaciones públicas. Son ellas quienes inducen a las huaves a venderles su camarón, al mejor precio, para eso son comadres. Van y vienen de Guatemala, sin necesidad de pasaportes, llevan hamacas, totopos, joyería y hasta rebozos de Mitla, son ellas quienes a su paso por Tapanatepec comercian con las zoques. Son también, quienes llevan joyas a vender a la zona mixe y quienes arreglan de forma "espiritual" los problemas sobrenaturales en Huamelula o en Astata con las chontales, sólo por mencionar algunos ejemplos.
Sin embargo, si existe una participación visible e importante de la mujer en la vida económica y social del Istmo y en la política cuando de movilizaciones se trata, no es así en los procesos democráticos que tienen que ver con la representación popular. Pese a toda la aguerrida participación de las mujeres, en acontecimientos puntuales, donde sin duda su presencia ha sido decisiva no ha quedado esta reflejada en los lugares de toma de decisiones. Son pocas las mujeres que han sido presidentas municipales en el Istmo y en las cabeceras distritales de Juchitán y Tehuantepec no ha habido ninguna, exceptuando la presidente interina de Tehuantepec, María Teresa Marín Escobar
¿A qué se debe que pese a esta participación puntual y tan importante en las actividades políticas del Istmo las mujeres no han participado en puestos de dirigencia? En el libro Juchitán, la ciudad de las mujeres, que coordino Veronika Bennholdt-Thomsen, se comenta que las mujeres al ser cuestionadas dicen que no participan en la política porque “esa es una perdedera de tiempo” Será necesario constatar si esta es una opinión generalizada o existen otros motivos para su no participación en cargos de elección y como autoridades y funcionarias públicas.
Una de las características de la sociedad zapoteca del Istmo son las fiestas en las que participa prácticamente todo el pueblo. Las mujeres son las grandes protagonistas de las fiestas. Las fiestas significan, entre otras cosas, prestigio y reconocimiento para quienes las auspicias y para ello existen los sistemas de cargo y mayordomías. Es en las fiestas donde las zapotecas se atuendan con costosos trajes bordados y alhajas de oro en abundancia: pectorales, aretes, cadenas, pulseras, anillos, todo el oro que representa la riqueza de las mujeres, sus herencias y trabajo. El oro es el símbolo de su poder.

RELACIONES INTERÉTNICAS:
 OTRAS MUJERES INDÍGENAS DEL ISTMO
Como se ha venido mencionando, las zapotecas, con todo lo importantes que son, no son las únicas mujeres de grupos étnicos que existen en el Istmo, están también las Chontales, huaves, mixes y zoques además de las mestizas. Por ser, el grupo mayoritario a las mujeres zapotecas se las ha estudiado más. Son muy escasos los trabajos sobre las mujeres de los otros grupos indígenas del Istmo.
En la medida que la construcción de la identidad se asume como una construcción cultural y de género sus manifestaciones y contenidos ideológicos estarán inmersos dentro de la cultura a la que pertenecen las mujeres, sus actividades y la concepción que de si mismas tengan también. La identidad se construye a través de las relaciones de hombres y mujeres, así también se construye la autoestima y el poder grande o pequeño que de la misma se deriva. En los procesos acelerados de cambio y ante los retos que se pueden presentar por un desarrollo económico acelerado. La participación de las mujeres a partir de su identidad étnica y de género, puede significar una oportunidad para construir una sociedad más equitativa y justa que de seguridad a las mujeres en su participación.
Las relaciones interétnicas son relaciones complejas y cada día más inevitables. Son como los caminos entran y salen de distintos terrenos. Esta involucrado en ellas, el territorio, el comercio, la religión, la política, los medios de comunicación y la educación.
Las relaciones interétnicas son desiguales y en ellas se dan procesos de dominación, de una etnia sobre otra. Estos se presentan por varios motivos; mayor número de población, espacio territorial, desarrollo económico, preponderancia política. Por algunos o todos estos motivos hay acciones que representan un sentimiento hegemónico y de superioridad que discrimina y califica como inferiores a los otros. En todo esto hay un factor de racismo soterrado que se manifiesta a través del paternalismo, el autoritarismo y la imposición.
Las relaciones interétnicas entre mujeres han significado una serie de intercambios culturales que van desde el vestido hasta las prácticas para la comprobación de la virginidad y el interés que ahora muchas madres huaves, mixes, chontales y zoques tienen para que sus hijos e hijas vayan a la escuela porque la consideran como un factor de movilidad social, y han visto que esto ocurre frecuentemente entre los zapotecos. .
Se conoce que entre las huaves y las zapotecas existen relaciones de comadrazgo que permea en gran medida todas las relaciones que se tienen especialmente las comerciales, como lo comenta Beverly Chiñas. Las mujeres zapotecas llevan a bautizar a los niños y niñas huaves, se vuelven comadres y madrinas y esto imprime a las relaciones entre huaves y zapotecas una de casi parentesco que influye en la compraventa del camarón y de otros productos, pero también en servicios como el trabajo doméstico, etc. Esto se consolida en alianzas y monopolios.
Si la construcción de la identidad se realiza a través de la lengua, el espacio donde se vive, la tradición y lo simbólico será interesante constatar que tanto las relaciones entre mujeres indígenas de la región del Istmo afectan sus contenidos ideológicos, en que medida los contenidos de la cultura zapoteca influyen en la identidad de las mujeres de otras culturas de la región. Cuales son los procesos de cambio o intercambio cultural que se están realizando Cuales son los parámetros "universales" si es que existen en la construcción de lo étnico y en que medida están cruzados por las propiedades específicas de lo masculino y lo femenino en cada cultura

LAS MAYORDOMÍAS.
Las mayordomías se celebran durante todo el año, son en honor a los santos patronos de los barrios que siguen la misma costumbre: Se inician con la noche de calenda en que se recorren las principales calles de la ciudad por la noche, quemándose toritos de petate en el atrio de los diferentes templos que se visitan. Al día siguiente se realiza el convite de flores que ya describimos, posteriormente la misa al patrón del barrio y fiesta durante todo el día. Al tercer día se llevan a cabo el paseo de los estandartes que recorren las principales calles de la ciudad. Las capitanas y capitanes portan estandartes y se hacen acompañar de invitadas que lucen los típicos trajes de tehuana. Los capitanes y sus acompañantes montan briosos caballos. Después del recorrido regresan a la enramada de los mayordomos para disfrutar de rica comida y se baila durante todo el día. En el último día se lleva a cabo el lavado de ollas, para cerrar las festividades en honor al santo patrón. Es día de alegría en el que se gusta del típico "guisado de res, de ricas botanas y cervezas que los anfitriones ofrecen a los visitantes. Se bailan sones tradicionales y música moderna.
 
LAS VELAS

Son las velas en el Istmo, suntuosas fiestas que se celebran por las noches. Se improvisan salones en el que se decoran a orillas del salón, en la parte superior con "frisos" que le dan gran elegancia, y distribuidos a orilla de la pista de baile grandes espejos sostenidos en pequeñas mesas, teniendo hermosos jarrones de flores que aromatizan el salón. La mujer tehuana luce lo mejor de sus trajes y sus ricas alhajas de oro, los varones visten pantalón y camisa oscura o guayabera blanca. En esa noche se disfruta de rica cena y se bailan sones, polcas, mazurcas y música de actualidad.
LA ROPA TÍPICA DE LA MUJER ZAPOTECA
Las mujeres zapotecas del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y particularmente las de Juchitán, portan con garbo la ropa típica regional que las identifica de otras culturas. La vestimenta de la mujer zapoteca varía de acuerdo con cada momento social; así tenemos vestimenta típica para fiestas, bodas, velas, misas, sepelios, de luto y para uso cotidiano; se diseñan y se combinan para cada ocasión.
La ropa típica de la mujer zapoteca consta de huipil, enagua que puede ser con o sin holán o enagua "rabona" -falda con holán hecho de la misma tela- y refajo; además, como complemento, una rica variedad de joyería de oro, aretes, pulseras, esclavas, torzales, pectorales y ahogadores, según lo amerite la ocasión.
El huipil es una blusa de manga corta y la enagua es una falda larga y ancha; se confeccionan en una gran variedad de colores y diseños de flores artísticamente matizadas a base de hilo de seda, que pueden ser bordadas a mano, tejidas a mano con aguja de gancho o tejidas en figuras de cadenillas que se elaboran mecánicamente. El refajo es una falda blanca de popelina que se usa como fondo.
El huipil y la enagua se confeccionan en tela de terciopelo de primera, segunda y de exportación -terciopelo más suave-; también en telas "raso", "piel de ángel" y "piel de durazno"; las dos últimas son más suaves, ligeras y apropiadas al calor de la región que es de clima tropical.
El traje de gala de la mujer del Istmo de Tehuantepec consta de huipil, enagua con holán, refajo y resplandor o " bidaani quichi' ", que se usa en festividades especiales como paseo floral, convite, tirada de frutas, velas, misas del día principal o "lanii" de fiestas titulares; se complementa con rica joyería de oro destacando el ahogador, aretes, pulsera, pectorales y torzales. Es el traje que lucen las mujeres juchitecas en los Lunes del Cerro durante la Guelaguetza en Oaxaca, México.
Los trajes varían de una comunidad a otra. Los que se usan en la ciudad de Tehuantepec están bordados con flores más grandes y el holán es más amplio en comparación con la moda de Juchitán.
LA HISTORIA DE LOS SONES DEL ISTMO
Al sur del estado de Oaxaca, en la región del Istmo de Tehuantepec, cerca del mar con un clima caluroso y con población prácticamente zapoteca, se escuchan los famosos sones istmeños, que ahora le dan la vuelta al mundo
La historia de los sones del Istmo se remite, según algunos etnomusicólogos, al año de 1850: el día 3 de diciembre, para ser más exactos, fecha en la que se publicó en los periódicos El Monitor Republicano y El Siglo XIX que en una función a beneficio de la actriz y cantante María Gañate, se estrenó un jaleo andaluz de composición reciente con el nombre de “La Sandunga”.
En 1853, este popular tema sería llevado a la ciudad de Tehuantepec por Máximo Ramón Ortiz, y sería sembrado para fructificar en una serie de sones que son ahora la tradición musical de la zona. “La sandunga” es la abuelita de todos los sones del Istmo, incluyendo “La llorona”. Musicalmente, es cierto que son parecidos, no nada más en su tiempo valseado —aunque con características rítmicas propias ya que no es un vals, es un son—: también sucede esto porque el giro llamado en música “frigio” compone la armonía de todos estos sones.
Existen varias composiciones dignas de mención, tanto por su espléndida literatura como por su música cadenciosa y exquisita: “La petrona”, “La tortuga”, “Mediu xhiga” (es un son de boda que se baila durante largo rato y con unas jícaras que se van llenando de dinero: al concluir la música, lo que se haya juntado es para los novios). “La martiniana”, con letra del famoso escritor de la zona Andrés Henestrosa, además de nuevos sones como “Xquenda”,”fandango tehuano” entre otros
Los instrumentos más populares son actualmente la banda de alientos, los tríos de guitarras, requinto y voces y la marimba, que aunque corre peligro de extinción en la zona, se sigue escuchando. En estos días, al igual que en otros poblados del país en los que la penetración cultural y tecnológica ha mermado las tradiciones, no es raro escuchar versiones de la música tradicional para sintetizadores y baterías eléctricas que alternan con cumbias y baladas de moda.
Como en otros lados del mundo, existe música para festejar los diferentes momentos de la vida: religiosa, de boda, bautizo o fúnebre. La estructura de los sones es en general muy simple, aunque no fácil de interpretar: se hace una introducción, se canta o toca el tema principal (que generalmente se compone de dos partes contrastantes y después se hacen variaciones musicales. Al terminar éstas, seguirá nuevamente el tema con sus dos partes y así hasta que termine), ya que si bien hay canciones que están formalmente compuestas con cierto número de coplas, las hay también como “La sandunga” o “La llorona”, que tienen miles de versos y que además se les improvisan nuevos en cada interpretación a la luz de la luna en un anochecer bohemio. Hay también sones que son meramente musicales.
Hay que destacar que muchos de estos sones han sido compuestos en lengua zapoteca; o de no ser así, se han traducido o se les han incorporado versos en esta lengua. Es entre los pobladores del Istmo entre quienes encontramos indígenas de lo más orgullosos de su cultura; a tal grado, que varios anuncios de productos están en lengua zapoteca del Istmo.
 Las fiestas de la zona se llaman “Velas”: generalmente se celebran durante todo el año: la noche de celebración, el recalentado del día siguiente que se empalma con la noche de la siguiente “Vela” y “ la regada”, que es una tradición en la cual los anfitriones de la fiesta en cuestión, salen a la calle en las típicas carretas tiradas por un par de toros, muy adornadas con flores de papel o naturales y los tradicionales carros alegóricos multicolores desde donde avientan a la gente dulces, jarritos, flores, utensilios de cocina y cualquier detalle que recuerde la fiesta.
Además de la importante presencia de la música, estas fiestas se adornan por la maravillosa vestimenta de las mujeres: es el día que lucen sus famosos trajes de gala adornados con oro, como señal de la riqueza de la casa y el bienestar de los familiares. Los trajes son bordados sobre terciopelo con flores, herencia del mantón de Manila; pero en su proyección actual son parte esencial de la cultura zapoteca y hablan de la convivencia de diferentes culturas.
Estos poblados han dado de qué hablar por todo el mundo, ya que son matriarcados; y es de llamar la atención que son sociedades que en muchos aspectos funcionan bastante mejor que otros. En lo que respecta al interés de estos artículos, las tradiciones se encuentran en buenas manos, la lengua, la vestimenta y, por supuesto, la música, se ven menos amenazadas que en otras comunidades; incluso económicamente se ven muchas menos carencias.
La lista de compositores, inclusive actuales, es bastante larga. Afortunadamente habrá sones del Istmo para rato.
 
 

90.5 F.M
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